No tengo la menor duda de que el nacer, en cualquier forma, es una misión. Es la misión de participar en la evolución, individualmente y como unidad. Participar en la evolución de los seres, desde el más microscópico, hasta él que conscientemente se ha unido a Dios, en la evolución del planeta y por ultimo en la evolución del universo.
Yo diría que la evolución es la actividad del Divino, el juego de la divinidad, y nosotros, como 'LA DIVINIDAD MISMA', somos los que a través de nuestra vida, de nuestros tres cuerpos, físico, mental y causal, contribuimos, conscientes o inconscientes a ella.
Cuando te haces consciente de esto, y comprendes tu responsabilidad, comienzas a participar a un nivel consciente, en esta evolución. De ahí en adelante la responsabilidad está puesta sobre tus hombros. Ya sabes, ahora tienes que actuar. Actuar con tolerancia, sin egoísmo, sin apego y con una fe absoluta de que es El Divino él que realmente está actuando, y tú eres su instrumento. Primero para crecer individualmente, después para ayudar a los que no comprenden todavía eso como tú y por último para hacer descender el Divino a esta entidad material, la meta última.
Somos entidades divinas en todo respecto. Y tenemos que crecer hasta llegar a manifestarlo en todos los aspectos, físico, mental y causal.
Día a día, cuando te levantes en la mañana, pregúntale al Señor, "¿Qué quieres que haga hoy?" "¿Cómo puedo ayudarte?" Ayudando a todos, te ayudas a ti mismo. Ese es el significado de la frase "AMA A TODOS, SIRVE A TODOS".
Deseándoles la Paz Divina,
Hortensia De la Torre